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Intervención de conflictos que complejizan un clima favorable en el aula.

  • Dificultades recurrentes en la sala de clases y algunas estrategias que se podrían emplear

1. Dificultad de la lectura

 

El niño no presenta suficiente velocidad en la lectura ni en la comprensión de lo que lee. Tiene dificultad para saber el significado de palabras de uso bastante habitual, por lo que su vocabulario es más bien pobre.

 

Estrategia: Para intervenir en este caso, lo mejor es que el niño empiece a leer en voz alta para adquirir una entonación correcta, que le ayudará a comprender lo que se está leyendo. Además, es recomendable preguntar al niño acerca de las ideas más importantes del texto.

2. Dificultad de concentración y atención

 

Ocurre cuando el niño le cuesta mucho concentrarse y ponerse a estudiar. Cualquier estímulo a su alrededor atrae su atención y pierde el tiempo. Su rendimiento es escaso y tarda demasiado tiempo en realizar sus tareas.

 

Estrategia: Para ayudarle hay que eliminar los estímulos que pueda estar captando su atención mientas estudia. Es recomendable haga las tareas más difíciles cuando se encuentre más descansado y que estudie a las misma hora todos los días para conseguir un buen rendimiento cerebral. Es recomendable intercalar el estudio con momentos de descanso, para que el niño recupere la concentración.

3. Dificultad de memorización o fijación de contenido

 

El proceso de aprendizaje implica entender lo que se quiere asimilar y luego memorizar, y se realiza a través de la repetición de los contenidos. La falta de concentración y de una técnica adecuada para fijar los contenidos.

 

Estrategia: Hay que mejorar la atención y la concentración, usando reglas de nemotécnicas y repasando el tema. Los padres pueden preguntar la lección a sus hijos para comprobar los resultados.

 

4. Falta de base

 

Se caracteriza por tener dificultades en las materias cuyos contenidos tienen una gran conexión entre unas partes y otras. El niño no asimila las estructuras básicas de los contenidos de las diversas áreas.

 

Estrategia: Para esto hay que tener clases de apoyo para ayudar al niño a recuperar el nivel que le falta, potenciando sus técnicas de estudio en todas las asignaturas.

 

5. Ansiedad ante las evaluaciones

 

El niño puede ser buen estudiante, pero el miedo y la ansiedad los agobian y acaba por perder la confianza en si mismo. Hay sentimientos desde días previos a la evaluación, hasta puede llegar a crear pensamientos negativos y tener repercusiones físicas como el insomnio, tensión muscular y dolor estomacal.

 

Estrategia: Para aliviar esto, primero se le debe explicar al niño lo que le pasa, enseñarle a desarrollar pensamientos positivos y centrando su tención en lo que tiene que hacer “aquí y ahora”, sin compararle con los demás. Hay que enseñarle a relajarse y superar la situación para evitar asistir al examen aunque le parezca difícil.

 

 

© 2015 por Estela Socías. Creado con Wix.com

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